Se metió la mano
en el bolsillo. Encontró un trozo de papel arrugado. Y no pudo evitar
acordarse de aquella mañana lluviosa. De aquel encuentro absolutamente
surrealista.
- Espero que
te vaya bien, de verdad.
- Y tú, cuídate, por favor.
Se sostuvieron
la mirada una vez más. Aquella que tantas veces la había tranquilizado. Ahora
estaba desgastada, cambiada. Ella esbozó una sonrisa y se dio media vuelta,
intentando fingir que todo estaba bien. Que aquella conversación era un mero
trámite. Que su corazón estaba a salvo esta vez. Y empezó a andar. Deprisa, muy
deprisa. Quería escapar de allí lo antes posible. Pero su voz, a lo lejos, le
detuvo.
- Espera,
vuelve un momento.
Indecisa e
insegura, ladeó la cabeza. Él estaba allí parado, con su pose habitual. Las manos
en los bolsillos y media sonrisa esbozada. Como si no hubiera pasado nada.
- ¿Qué
quieres?
- Ven,
necesito que nos vayamos enfadados.
No podía creer
lo que estaba escuchando. Era totalmente absurdo. Ella jamás podría enfadarse
con él. Había sido su punto de apoyo, su energía. Aquella persona que te
entiende a la perfección y que con un abrazo consigue que los problemas
parezcan más sencillos.
- Estás mal de
la cabeza. Ve a un psicólogo.
Se dio la
vuelta al instante. No podía volver. No sería capaz de aguantarle la mirada.
Sus fuerzas flaqueaban y su sonrisa comenzaba a parecer forzada. Apretó el
paso. Y se alejó de allí. De él. De aquella historia cuyo final estaba
escribiendo en ese preciso momento.
Aquel papel
tenía razón. Y ella miró a su alrededor. Su vida volvía a tener color. Bastaba con aceptar que ciertas historias tienen su fin. Que
es mejor respetar el curso natural de los acontecimientos. Que quizá sea verdad
eso que dicen de que las cosas ocurren por algo. Su recuerdo seguía colgando de
la pared, pero ya empezaba a formar parte del decorado habitual. Ya dejaba de
dolerle. Simplemente tenía que seguir manteniéndolo en el lugar que había destinado para
él.
Y cuando el fin se acerque, solo será el principio.
que bonito!! ojala para mi resultara fácil olvidarlo... Supongo que yo si habría hablado con él, porque enfadados es la única forma de decirle adios (temporal)
ResponderEliminarSaludos de la chica de los chicles, que desearía no ser solo un cuadro en su interior
http://lachica-deloschicles.blogspot.com.es/
Hola Marta, ¡cuanta razón! aunque a veces nos resulte un poco difícil no darnos la vuelta, o no buscar soluciones a algo que no la tiene.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta entrada y tu blog en si , te sigo :)Un besito !
Muchas gracias :)
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